
La neurociencia de las emociones. Marian Rojas-Estapé.
febrero 19, 2024Había oído hablar de la homeopatía en alguna ocasión. Viniendo del sector sanitario no fueron pocas las veces que, con poca humildad, se denostaba tal disciplina sin ni siquiera conocerla. También escuché muchas otras personas que me contaron cómo sus hijos se curaron de tal o cual enfermedad tratándose con ella. Y un invierno, desesperada porque vivía en estado permanente de resfriado, decidí probarla. Y lo cierto es que el proceso paró.
Volví a tener contacto con la homeopatía cuando la tos que acompañaba los procesos respiratorios de mi hija llegó a ocasionar un broncoespasmo. Nos encontramos con la única herramienta (farmacológica) que tiene la medicina alopática, los corticoides. Nos negamos a abrir esa puerta porque sabíamos perfectamente que no es un tratamiento inocuo y que sólo puede ir a más. Siempre en la búsqueda de alternativas respetuosas con su organismo, me recomendaron a Silvia Estival Medina, médico homeópata. Descubrí una persona involucrada con su práctica profesional, rigurosa y ávida de conocimiento.
Nos proponemos sacar de la sombra una terapia que practicada con responsabilidad y conocimiento puede ser una herramienta más en la curación de los procesos de salud-enfermedad. En un contexto actual donde la comorbilidad nos exige replantearnos gran parte de nuestra forma de vida, es un reto para los profesionales sanitarios liberarnos de las barreras y prejuicios limitantes que determinadas industrias han impuesto, en pro del bien de las personas que atendemos, obviamente exigiendo que se regule para garantizar la práctica con rigor, con formación y con responsabilidad. Se abriría a su vez, la posibilidad de someterlo al método científico para descubrir -pues- como puede haber una fuerte asociación entre este tipo de tratamientos y la curación.
Gracias a la doctora Estival por abrir este libro que pretende que usted ,desde el otro lado de la pantalla, conozca más este tratamiento.
- ¿Cómo has llegado a dedicarte a la homeopatía?
Mi caso es un poco atípico, en el sentido de que normalmente escuchamos casos de profesionales sanitarios que llegan a ella (o a cualquier otro tipo de medicina complementaria) tras una desilusión con su profesión, o tras ver un caso de un paciente al que no consigue ayudar y que de repente encuentra soluciones en la homeopatía, o a veces incluso porcasualidad. Conmigo fue al revés, conocía la homeopatía y era usuaria desde niña, donde encontré soluciones que no me daba la medicina convencional, y de ahí surgió mi vocación.
Como tenía muy claro que tratar con la salud de las personas es una gran responsabilidad, y que realmente Medicina sólo hay una (aunque luego podamos utilizar diferentes modalidades terapéuticas), me formé primero como médico convencional. Una vez terminada la carrera de Medicina en la ULPGC, decidí hacer la especialidad en Medicina de Familia. Trabajando ya de residente, viendo cómo se enfoca actualmente la profesión, decidí que no quería seguir ese camino. Digamos que recordé por qué había elegido ser médico, y que hay otra forma de entender la salud y la enfermedad, y renuncié a mi puesto como residente para formarme como homéopata.
2. ¿Dónde la estudiaste?
Hice mi formación en el hospital homeopático de Londres (Royal London Homoeopathic Hospital). Es uno de los centros donde ofrece formación el Faculty of Homeopathy, organización que se dedica a la enseñanza de homeopatía a profesionales sanitarios, de una forma reglada y con exámenes oficiales a nivel nacional. Dentro de las formaciones que ofrecen, se puede acceder al título de Licensed Associate, que capacita para empezar a tratar casos agudos con homeopatía, y tras una formación más exhaustiva se puede llegar a ser Miembro del Faculty, que capacita para tratar casos crónicos y de mayor complejidad.
3. ¿Crees que allí (en el Reino Unido) está más implementada esta disciplina?
En general, diría que sí, de hecho cuando hice mi formación estaba incluido en el sistema público de salud, y era maravilloso ver cómo un médico de cabecera podía derivar a sus pacientes a un hospital donde eran atendidos por un médico especialista en homeopatía. Por desgracia creo que ya no es así, pero de todas maneras sí diría que allí en general hay más costumbre de recurrir a la medicina integrativa, al igual que en muchos otros países europeos (Francia, Alemania, Suiza….).
4. ¿En qué se basa la homeopatía?
Es un método terapéutico descubierto y desarrollado a través de la observación y la experimentación por el médico alemán Samuel Hahnemann. El principio fundamental, y quizá el más conocido, es que lo similar cura lo similar. Significa que utilizamos un medicamento preparado a partir de una sustancia que en sujetos sanos es capaz de producir unos síntomas lo más parecidos posible a los que tiene el paciente. La intención es desencadenar una respuesta curativa en el organismo en contra de ese estímulo (y por lo tanto en contra de su enfermedad).
Otro principio fundamental es que usamos siempre la dosis mínima eficaz, es decir, la más pequeña cantidad de dicha sustancia que sea capaz de estimular al organismo, evitando así efectos secundarios indeseados. Esto es lo que más controversia genera, por la alta dilución de los medicamentos homeopáticos, ya que aunque cada vez hay más estudios que demuestran su actividad biológica, todavía no tenemos herramientas para medirla o explicar exactamente cómo funciona.
Y lo más importante es que tratamos a la persona como un todo (mente-cuerpo-emociones) y el medicamento se elige en función a los síntomas individuales de cada paciente. Es un tratamiento totalmente individualizado al estado de la persona en ese momento concreto, y que va actuar reequilibrando a todos los niveles. Para ello normalmente utilizamos un único medicamento que cubra todos los aspectos del caso y estimule al organismo a alcanzar un equilibrio de forma global, en lugar de tratar a la persona por partes, o paliando síntomas locales sin atender a la totalidad de lo que está ocurriendo en esa persona.
5. ¿Qué beneficios principales aporta al paciente? ¿Tiene contraindicaciones o efectos adversos?
El principal beneficio es que se trata a la persona de forma individualizada y como un todo. Si no todos somos iguales, ni sentimos las cosas de la misma manera, ni reaccionamos de la misma forma ante un mismo estímulo, es lógico pensar que no todos vamos a necesitar que nos traten de la misma forma. Si a esto añadimos que no somos sólo una suma de partes, como las piezas de un coche, y que en el ser humano todo está relacionado (tanto entre distintas partes del cuerpo como con los pensamientos o las emociones), es fácil ver que no tiene sentido tratar a alguien “por trocitos”.
Otra ventaja es que la homeopatía trabaja reforzando la propia capacidad del organismo para sanarse. En lugar de suprimir o “tapar” síntomas, los entendemos como una expresión de algo que está ocurriendo en la totalidad del organismo, y lo ayudamos a reequilibrarse. Esto significa que la persona va a salir reforzada y con menos propensión a enfermar de nuevo.
Dicho de forma simple, en lugar de ir en contra de una enfermedad o un síntoma, vamos a favor de nuestro organismo y sus intentos de sanarse, y lo reforzamos para que sea capaz de defenderse y salir fortalecido.
En cuanto a las contraindicaciones y efectos adversos, es otra de sus ventajas. Al tratarse de dosis tan pequeñas y diluidas los efectos secundarios son prácticamente inexistentes, y no tiene contraindicaciones, pudiendo ser utilizada con seguridad en cualquier tipo de pacientes (incluidos bebés, niños, ancianos, y mujeres embarazadas).
6. ¿Es incompatible su uso con el tratamiento médico alópatico?
La homeopatía no presenta interacciones farmacológicas de ningún tipo, con lo cual puede ser combinada sin peligro con cualquier otro tipo de tratamiento. En algunos casos podrá ser utilizada como tratamiento único o principal, y otras veces como complemento o apoyo a un tratamiento convencional. Por ejemplo, para facilitar la recuperación después de una cirugía, o para paliar los efectos secundarios de determinados medicamentos.
7. ¿Tiene en cuenta el estilo de vida de la persona?
Sí, por supuesto. Evaluar el estilo de vida y corregir hábitos poco saludables debe ser un pilar fundamental en cualquier tipo de tratamiento que utilicemos, y no es algo exclusivo de la homeopatía. Sin embargo, a los homeópatas el saber cómo vive una persona su día a día nos ayuda también a conocerla mejor, sus preferencias, sus motivaciones, su estado emocional… y nos ayuda mucho a la hora de elegir el medicamento más adecuado para ella.
8. ¿Por qué crees que una parte de la sociedad tiene reticencias a la hora de incorporar este tratamiento como una herramienta más a la hora de abordar la enfermedad?
Creo que en gran parte es por desconocimiento, y no sólo de la población en general sino también de la profesión médica, porque desde la universidad te enseñan que sólo hay una forma de hacer medicina.
Se ha desarrollado un método científico muy sofisticado pero que niega todo aquello que no consigue explicar. Que no sepamos explicar un fenómeno no significa que no exista, sobre todo si es algo que observamos una y otra vez. Y la experiencia de cada vez más profesionales y pacientes no se puede invalidar porque no sepamos darle explicación. Quizá la actitud verdaderamente científica sería sentir curiosidad e investigar, y aceptar que quizá aun no tenemos herramientas para entender determinados fenómenos, como ha pasado muchas veces a lo largo de la historia de la medicina. Recordemos que en su momento se ridiculizaba a quien creía en la existencia de microbios, o que había características que se heredaban de padres a hijos.
Hoy en día hay muchísima gente que opina sobre homeopatía sin tener siquiera conocimientos básicos sobre ella. Se dicen muchas cosas en los medios que son auténticos disparates y hacen más daño que bien. También por este afán de seguir lo “científico” hay muchos profesionales sanitarios que la desaconsejan, sin tener realmente grandes conocimientos en la materia. De la misma forma que estudiar homeopatía no te convierte en médico, estudiar medicina no convierte a nadie en un experto en homeopatía.
Creo que es importante que se nos consulte a los profesionales que hemos estudiado ambas cosas y sabemos mejor que nadie el alcance y las limitaciones de cada forma de tratamiento.
9. ¿Visualizas un futuro donde prácticas complementarias sean parte normalizada de una comunidad de profesionales que atiende con responsabilidad y rigor?
Me encantaría que así fuera. Que los pacientes pudiesen elegir la modalidad terapéutica que deseen, libremente y sin ser discriminados o ridiculizados por ello. Y que se reconociera que los profesionales que hemos decidido ir un poco más allá y seguir estudiando otras formas de ayudar a nuestros pacientes no restamos, sino que sumamos conocimientos y experiencia a la formación adquirida durante la carrera.
Y por supuesto sería maravilloso que independientemente de la modalidad terapéutica que ejerzamos, todos los profesionales sanitarios pudiéramos trabajar como un equipo, colaborando, aunando esfuerzos y aprendiendo unos de otros. Al fin y al cabo, creo que todos perseguimos el mismo objetivo, que es ayudar lo mejor posible a nuestros pacientes.
Silvia Estival Medina
Licenciada en Medicina por la ULPGC
Colegiada nº 35/35/5960
Miembro del Faculty of Homeopathy (2012)





